Título : | El Dios de la fraternidad |
Autor(es) : | Joaquín García Roca, Autor |
Tipo de documento : | texto impreso |
Editorial : | Santander : Sal Terrae, D.L. 1990 |
Colección : | Aquí y Ahora, num. 10 |
ISBN/ISSN/EAN : | 978-84-293-0879-2 |
Dimensiones : | 39 p. / 23 cm. |
Idioma(s) : | Español |
Clasificación decimal : | 244. (Literatura religiosa. Novelas, historias, diálogos, escritos históricos con un espíritu religioso. Libros para las escuelas dominicales.) |
Resumen : |
Desde la cabecera del sistema del que somos tributarios se nos educó para las emociones del agonismo, de la confrontación, de la emulación y de la preponderancia: otros tantos mitos que gobiernan la mentalidad actual y debilitan profundamente la experiencia de fraternidad. La ofensiva neoconservadora pretende que nos olvidemos del futuro, porque el neoconservadurismo es incapaz de pensarlo y de quererlo como un futuro para todos y no quiere asumir ningún compromiso para intentar que lo sea. Son ídolos, pues, a los que hay que dar muerte.
Desde la cabecera del sistema del que somos tributarios se nos educó para las emociones del agonismo, de la confrontación , de la emulación y de la preponderancia: otros tantos mitos que gobiernan la mentalidad actual y debilitan profundamente la experiencia de fraternidad. La ofensiva neoconservadora pretende que nos olvidemos del futuro,, porque el neoconservadurismo es incapaz de pensarlo y de quererlo como un futuro para todos y no quiere asumir ningún compromiso para intentar que lo sea. Son ídolos, pues, a los que hay que dar muerte. A la luz de Jesús, su Iglesia habrá de ser un pueblo de conjurados para la fraternidad, con los pobres y al servicio de los pobres, fiel al mundo presente y al que ha de venir. Así mostrará que conoce y vive al Dios verdadero, garante de la vida de los débiles. El acceso al Dios mayor y trascendente se produce al contacto con el Dios menor escondido en los pequeños y empobrecidos de cualquier tipo. Sin gracia y sin el Espíritu de amor no es posible la fraternidad. Los cristianos hemos de recuperar tras experiencias que deberían definir nuestras tareas: hacer de nuestra Iglesia un universo moral de acompañamiento, un territorio de los "últimos" ( en el que se pone coto y curación a sus procesos de empobrecimiento) y un universo simbólico de felicidad (en el que se muestre la autenticidad humana, se reciban ánimos y se sienta la seducción por un mundo nuevo). Diversos modos de actuación son posibles: el estructural, el samaritano-paliativo y el automarginativo, para identificarse y acompañar desde dentro a los hundidos. A partir de ellos se inicia y se lleva adelante otra historia, otra práctica y otro discurso. Cada persona y cada grupo discernirá su propio modo. Los tres se complementan, y el desafío actual consiste en articularlos en un proyecto común en el que la causa de los pobres sea la causa de todos. |
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Código de barras | Signatura | Tipo de medio | Ubicación | Sección | Disponibilidad |
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BTSM0004070 | ESP130 | Libro | Teologado Salesiano - Madrid | Espiritualidad - Vida Cristiana | Libre acceso Disponible |