Resumen :
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La Compañía de Jesús, fundada por Ignacio y otros nueve compañeros en 1540, ha desempeñado un importantísimo papel en la vida de los individuos, comunidades y culturas, y hoy sigue ejerciendo una enorme influencia. Pero ¿cuál es la fuente de su vitalidad? ¿Por qué sigue suscitando tan inquebrantables lealtades y tan feroz oposición? Creemos que la fuente de su vitalidad y, a la vez, la causa de la controversia en que se ve constantemente envuelta no es otra que su espiritualidad. Ignacio era consciente de los riesgos de su espiritualidad y la de sus primeros compañeros, pero estaba persuadido de que Dios quería la existencia de aquella concreta Compañía, precisamente con aquella espiritualidad, y trató de hacer lo que a él le correspondía redactando las Constituciones, escribiendo miles de cartas y enviando al P. Jerónimo Nadal a recorrer toda Europa para explicar a los jesuitas "nuestro modo de proceder", palabras que, de hecho, se han convertido en la forma que tienen los jesuitas de referirse a su espiritualidad.
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